ESTA ENTRADA ESTÁ AUSPICIADA POR CRYSTAL ENERGY
(que proporcionó los capítulos para poder hacer esta entrada)
Nadie quiere perder semejante mercadería
Se nos dio vuelta el bote, que cagada, por suerte no se mojó la computadora, pero lamentablemente las cosas se complicaron aun mas: Al bote se lo llevó la corriente, al flaco se lo morfaron las pirañas que ni los huesos dejaron.y a mi… creo que me llevé la mejor parte, me comió un cocodrilo, pero me tragó entero por lo que estoy ileso. Al llegar al estómago del bicho me di cuenta de que no iba a estar solo. Adentro había un tipo bastante bien alimentado que dice estar aca adentro desde hace varias décadas. Y recibir visitas de vez en cuando no hace nada mal. Le pregunté que hacía ahí y me dice que es el parásito del cocodrilo, porque todo lo que llega al estómago del cocodrilo el también se lo come, una especie de comensalismo coco-humano mas que parasitismo, como sea, me pide noticias del exterior y le digo que no tengo Internet, no se lo imagina pero cree que debe ser difícil para mi, juntos nos ponemos a mirar un capítulo de Asura Cryin para matar el tiempo, mientras pienso en como salir.
Otra vez las clases de economía.
"Tengo que decirtelo de una vez por todas: me calentás"
Lawrence camina por la ciudad a paso redoblado al viento desplegado su rojo pabellón revisa uno y otro lugar hasta llegar al gremio de Rowen donde buscaba a una persona tan grande que si no la vez es porque sos ciego. Se trata de Bartose, quien en estos momentos se encontraba con un amigo tomando unas birras con tres minas sentadas una en cada pierna. Lawrence lo mira fijamente con una cara seria rara en el, tras esto, el muchacho de dimensiones considerables, como buen entendedor, se va a un apartado con Lawrence.
"¿Me llamsate porque querés contra la pared?"
Allí Lawrence le pide que le diga donde comprar la reserva de pirita. Bartose se sorprende por tal pedido por dos cosas: una porque no sería justo para Amati, y otra porque dicha reserva es de los alquimistas y la única manera de llegar a ella es mediante Deanna. El amante de las historias fantásticas le pregunta por qué quiere ganar tanto dinero y Lawrence le responde que el dinero no es la finalidad en si aunque si obtendría una gran ganancia personal, se lo pone de esta manera: está en una tormenta con el carro atascado en el barro, tiene que decidir si abandonar o no la mercancía con una de sus cargas mas importantes a punto de caer (Horo) de modo que si pierde al carro también pierde su credibilidad como mercader.
"La contraseña para comprar la efedrina es...:"
Al escuchar esto, Bartose cierra los ojitos y se queda pensando en silencio… los minutos pasan y Lawrence no dice palabra, solo lo mira. Se puede escuchar en el fondo cosas como risas de la gente, alguien que pide cerveza y otro que grita que Maradona se tiene que ir de la selección. Lawrence está por perder la paciencia y cuando está por hablar Bartose le dice que “es lo que estaba esperando”: Basicamente, lo que quiere es que un buen mercader sepa esperar y mantener la calma aun cuando el tiempo apremia estando hasta las pelotas. Bartose le dice que vaya hasta la casa de Deanna y le diga que “vino a comprar una canasta de plumas blancas” (traducido: vine a comprar un paquete de merca) Lawrence le dice que le va a pagar generosamente y Bartose le dice que con que le cuente una buena historia le basta.
"Que quieren a esta hora, no ven que estaba encamada... digo, en la cama"
Una vez obtenida la contraseña (parece un RPG) Lawrence se va en plena noche hasta la casa de Deanna. Golpea la puerta y no atiende nadie, cuando estaba por golpear por segunda vez se escucha la voz de la mujer preguntando quien es. Lawrence se anuncia y la mujer abre la puerta. El albino le pide perdón por la hora pero viene a comprar una canasta de plumas blancas, la mujer lo hace pasar. Una vez dentro le pregunta por que va tras la reserva de los alquimistas y entonces Lawrence una vez mas cuenta la metáfora del carro en la lluvia.
"¿Como que perdió Morón otra vez? No me des esas malas noticias que sufro del corazón...
y menos a estas horas"
Deanna comprende la situación y le dice que otra persona ya estuvo ahí antes, le dice que esa persona ya compró bastante pirita y a crédito. Lawrence se imagina que Amati pero por las dudas le preguntó por el nombre de dicha persona, pero por seguridad de los compradores, Deanna se niega a darle la información, mas sin embargo le dice que mediará con los alquimistas con la intención de tratar de juntar la mayor cantidad de pirita posible. Al despedirse, en la puerta, Lawrence le pregunta a Deanna si conoce historias sobre diosas paganas viviendo en pareja con humanos, ella le dice que hay infinidades de ellas. Se despiden.
"Esto es una novela, pibe..."
Acabado el jolgorio del festival donde corrieron alcohol, putas, drogas, travestis y machos Lawrence visita a su amigo Mark, le cuenta que la situación parece favorable consiguiendo bastante pirita pura (no creo que los alquimistas busquen aleaciones de materiales para sus experimentos con metales, por lo menos no me imagino a Newton trabajando con fibra de carbono en lugar de hierro, cobre o niquel…) y le pregunta al barbudo como fueron las cosas. Éste le pide a su discípulo que le diga el informe, el chiquito le dice que hay personas interesadas en vender pirita a 370 Treni de plata, que no es mucho, pero algunos parece que se quieren deshacer de la pirita porque sus reputaciones como comerciantes están en juego, además muchos podrían haber comprado clandestinamente ciertas reservas para rematarla a lo último, por ese motivo mandó a su discípulo diciendo que un comerciante viajero codicioso quiere comprar pirita en efectivo. Lawrence estaba por darle el pago para comprar pero este se limita y pide perdón por todas las molestias. Mark le dice que con las gracias alcanza y le pregunta si acaso nunca pensó en el como un verdadero amigo.
Quien en un viaje se enganche una mujer así se puede decir que tiene el culo de todos los hombres del mundo.
Mark le dice que comprende la situación en la que se encuentra porque seguramente empezó a viajar con la chica (Horo) por pura casualidad. Claro que acertó en el clavo, y Mark cuando mercader ambulante le pasó lo mismo con su señora. Además si no estuviera preocupado por ella en lugar de hacer simplemente un negocio, no estaría de acá para allá por la ciudad intentando ganar la competencia contra Amati e intentar hacer caer el mercado de la pirita. Finalmente Lawrence puede responder a la pregunta que Horo le hizo acerca de que es ella para él.
"Horo, vení y meté ese rico culo en la catrera..."
A la mañana siguiente Lawrence se despierta, y medio atontado, en la costumbre de dormir acompañado por la Ookami, le pide que meta la cola en la manta para calentarse que hace frío. Al despertarse se da cuenta que está durmiendo a la intemperie en el puesto de Mark. Una vez levantado, le pregunta al discípulo de su amigo si recibió las instrucciones para el día de hoy, el chico dice que si y Lawrence una vez dadas dos monedas le pregunta su nombre: Ewell Lanto. Con esas dos monedas, Lawrence le paga un desayuno por sus servicios hacia el. Mark aparece preguntando al mercader ambulante que es lo que va a hacer y dice que va a ir a mirar el mercado. Hoy vence el plazo de la competencia.
"Eh, si, vo', el homosexual de azul... no, vos no, el de al lado...
¿vas a vender o comprar?, decidite de una vez!"
Al llegar al mercado todavía no empezó la cotización. Hay poca pirita, muchos compradores potenciales y ningún vendedor, por lo que el precio base de la pirita es nada menos que 80 veces más caro que el día anterior. Vaya problema, porque en una jugada Lawrence puede perder todo. La subasta comienza y los compradores empiezan a aparecer, se empieza a comprar y a medida que se agota el stock del producto el precio sube. Vaya problema, porque encima en el lugar aparece Amati acompañado de Horo. Lawrence nota que la chica tiene en la capucha de su abirgo tres plumas blancas como las que hay en la casa de Deanna, por lo que presiente que quien compró las reservas de los alquimistas a crédito fue el rubiecito. Éste le dice algo en el oído a Horo y ésta asiente con la cabeza.
"Ahí está Lawrence ¿Le digo que te metí la cuchara en la sopa para que se ponga nervioso?"
Amati se acerca a Lawrence a saludarlo cuando lo último que quiere ver el albino es la sonrisa llena de confianza y arrogancia del rubio, mas sin embargo lo saluda cordialmente. Amati le pide ir a un lugar apartado para cerrar el trato confiado de que va a ganar. Le paga la pirita que le compró a crédito en monedas de oro de Lima (¿Perú?) equivalentes a lo acordado y le pide el certificado de compra a cambio. Las cosas están en orden y parece que Lawrence va a perder. Amati se retira hacia el mercado nuevamente y las campanas suenan.
QUE NOS DEJA
"Nada de jueguitos esta noche que ya estoy acompañada... la prossima será"
Ciertamente cuando uno mira esta serie, debe sacarse el sombrero al final de cada entrega. Lógico es que si un animé se adapta de una novela la posibilidad de que sea de muy buena para arriba lo es, eso si, hay que ver que tan fiel o no puede ser, o bien como manejan los poseedores de los derechos comerciales. Ya vimos como Kadokawa arruinó básicamente a Suzumiya Haruhi con el estúpido Endless Eight hace no mas de dos meses, pero lo que salvó a la serie del fracaso es que la novela Nº2 (Suzumiya Haruhi no Tameiki) fue muy bien adaptada y obtuvimos un gran producto, keionizado o no, fue un excelente arco. Volviendo a Spice & Wolf, no leí las novelas porque me da paja leerlo en inglés, podría hacerlo para practicarlo que bastante oxidado está, pero también recordemos que de las ranoves nacieron excelentes productos como por ejemplo Full Metal Panic! Y Shigofumi…
"Red Bull te da alas"
En este capítulo, Ami Koshimizu se tomó el día libre, la seiyuu de Nina Wang, Tenma Tsukamoto y Kallen entre otras doncellas, no tivo la necesidad de decir “a” (quienes vieron Azumanga Daioh entenderán el chiste de la “a”) básicamente fue un monólogo de Lawrence desesperado porque los tiempos se acortan. Claro que el tipo se encuentra intranquilo tratando de recuperar el “tiempo perdido” el día del festival que pasó con Horo mientras que al mismo tiempo Amati estaba de negociaciones en negociaciones tratando de ganar la competencia. Eso si, el tiempo invertido en Horo JAMÁS debe ser considerado como perdido.
"Perdimos en el último minuto contra Godoy Cruz... no damos pie con bola."
Por ahí la presión es porque siente que la pierde, no por la apuesta porque Horo tranquilamente cuando Amati pueda pagar la deuda de la chica-loba, ésta pueda prácticamente seguir su viaje con su señor y acá no pasó nada. Basicamente no veo que la competencia le interese en si, lo que el quiere es asegurarse a Horo como sea. Además se siente en falta por esconderle lo que pasó con Yoitsu y claro que eso se arregla pero lo que el quiere no es perderla. Horo curiosamente está todo el tiempo con Amati, pero por otro lado recordemos que ella le dio a Lawrence la declaración jurada de Amati con lo que le dio una ayudita. A saber que quiere Horo, porque el viaje no puede terminar ahora.
viernes, 25 de septiembre de 2009
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1 comentario:
Termino! Y yo aun no veo mas de los dos primeros capitulos, ¿como diablos me hago llamar fanatico de Horo?
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