jueves, 15 de enero de 2009

El residente malo

Antes de ser llevado a punta de pistola por Saber (la espada fue confiscada luego del ultimo incidente) fui engañado para escribir otra nota en el blog (Y yo que esperaba tener unas vacaciones tranquilas...). Bueno... no me culpen por lo que salga. Me tienen encerrado a pan y agua hasta que les entregue una buena nota sobre videojuegos. Mmm... Apuesto a que Saber ni siquiera lee lo que escribo... asi que voy a aprovechar para pedir ayuda. Si alguien lee esto, por favor llame a la poli...(*censurado*)

Afuera llueve a cántaros. La casa está desierta salvo por mi sutil presencia. La oscuridad lo cubre casi todo; sólo los esporádicos estallidos de luces de los relámpagos y el titilante brillo del monitor de la Pc no me dejan en completa tiniebla. Subo el volumen de los altavoces tan sólo para descubrir que mis latidos son lo único que se siente en el aire… ¡¡es un buen momento para jugar a Resident Evil 4!! (Don Niembraaaa…)

Vigesimoséptima ocasión en el juego en el que podemos apreciar la bombachita de Ashley


Soy el típico rubio yanki idiota con peinadito emo que le gusta a todas las chicas. Mi nombre es Leon S. Kennedy, tal vez me recuerden de mi anterior laburo de rati en Resident Evil 2. Al parecer ahora trabajo para el presidente de los Estados Unidos (¿Obama?) haciendo de guardaespaldas o algo así. Todo fenómeno… hasta que la raptan a la Ashley, la hija del presidente que tiene 20 añitos y está más buena que comer con las manos (bueno… tal vez no tanto) El asunto es que se la llevan, vaya uno a saber con qué motivos (mmm). Me dicen que algunas personas aseguran haberla visto en Europa, aunque no dicen en qué lugar. Igual yo me doy una vuelta por un lindo pueblito onda familia Ingals donde toda la gente insiste en hablar en español, aún cuando yo les insisto en hablar en inglés (¿estaré en España?).

"Si no fueras la hija del jefe..."
Por algún motivo la gente aquí no me quiere. Es más, al parecer les simpatizaría más si me vieran colgado de una estaca en el recto y con muchas llamas tostando mi piel blanca. Pero como esa experiencia no estaba pautada en la cartilla de turismo que me dieron, no me quedó más remedio que despacharme a tiros a medio pueblo. Sin embargo, queda una pregunta pendiente: ¿son zombies o se hacen?

Así llego a conocer a un fulano de nombre Luis Sera, (que al parecer gusta del bondage y el sadomaso) que después de salvarle la vida me da algunas noticias de la tetona… digo de la señorita Ashley, hija del Excelentísimo Señor Presidente de los Estados Unidos. Lo loco es que a pesar de que le salvo la vida el tipo se va a la mierda y me deja más sólo que Menem en el día del amigo. Bue… andate, igual ni te necesitaba…

"Tome, estas son las llaves del elefante"
Después de andar por ahí un rato matando ¿zombies? y resolviendo acertijos boludos por fin encuentro a la Ashley (insisto, para mi que Leon medio como que se la lastra, porque no sé cómo se la aguanta con semejante mina que está recontra dable, y que obviamente se nota que está con él) Como puedo la saco del lugar, pero cuando me propongo abordar el helicóptero que nos lleve por feliz rumbo (Mar del Plata), me entero que el helicóptero… kaput. Así que bueno… a seguir matando zombies. Es la historia de mi vida, si me dieran al menos 900 pesetas por cada zombie que mato ya sería millo… ¡un momento! ¡Eso mismo es lo que pasa en el juego!

Hasta aquí he llegado por ahora con este excelente juego. En el próximo capitulo descubriremos quien está detrás de la malvada organización que secuestró a Ashley , que diabólicos planes tienen para con ella… ¿serán los mismos que tengo yo? ¿Y a todo esto que pito toca Ada Wong en todo esto? ¿Es verdad que no usa ropa interior?

"¡Comela, puto! ¡Sos amargo!"

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